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Seguimiento de la salud de la iglesia

Escrito por: Carl Shank


Una iglesia con la que trabajé es un excelente ejemplo de lo que un seguimiento adecuado y prolongado puede lograr.

Su querido pastor había estado con esa congregación durante muchos años. Les había brindado estabilidad, sermones y estudios bíblicos sólidos, y una atención pastoral sensible. Sin embargo, sentía que faltaba algo en la iglesia: ¡conversos! Ah, tenían sus traslados y algunas visitas ocasionales de personas que no asistían a la iglesia. Pagaban sus cuentas a tiempo, y la iglesia tenía ese ambiente de "buena" camaradería.


Su diagnóstico inicial fue administrado por un colega consultor. Se realizaron varias encuestas, se observaron servicios y clases, y se celebraron reuniones con el pastor y la junta directiva de la iglesia. Su informe los impactó y enfureció. En esencia, les dijo que estaban "en el agua", que sus servicios de adoración carecían de vitalidad y que, a pesar de su calidez, estaban retrocediendo en la salud y el crecimiento de la iglesia. Mi tarea era ayudarlos a comprender este informe y guiarlos en el proceso de seguimiento.

Me reuní varias veces con el pastor y con los líderes de la iglesia, incluido el comité y el equipo de adoración.


Lo que comenzó como un único tiempo de seguimiento con Dios se extendió a varios meses de reuniones y momentos de oración muy profundos y de introspección. Dios obró en medio de esos días tan difíciles. Siguieron las confesiones, el arrepentimiento de obras muertas y la revitalización.

Sí, el equipo inicial de adoración renunció, y hubo un precio que pagar para que se produjera un cambio real en la vida. Pero el resultado final fue fenomenal.


El pastor renunció y se convirtió en plantador de iglesias en la zona. Varios de los líderes...

La iglesia ayudó a formar el núcleo de una nueva iglesia que se centraría en los no creyentes que no asistían a ninguna iglesia. Se hicieron llamadas telefónicas, se enviaron cartas y se dedicaron días y noches de oración. La nueva iglesia abrió con cientos de personas, la mayoría de las cuales nunca antes habían estado en una iglesia. Dios intervino. Se produjeron conversiones. El pastor nunca ha sido el mismo desde entonces. Ese profundo deseo de alcanzar a otros para Cristo y esa meta reprimida de ver a personas que no asistían a ninguna iglesia llenando una iglesia siguen vigentes.


La antigua iglesia ayudó a nacer una hija y cumplió la Gran Comisión

De una manera drástica que les cambió la vida. Siguen confiando en Dios y avanzando en su camino hacia la salud. Pero todo esto ocurrió después de meses de un profundo trabajo de seguimiento.

 
 
 

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